tu me matas, tu me haces andar a gatas...
El pulque es una bebida alcohólica que se fabrica a partir del jugo fermentado del maguey, especialmente el conocido como maguey pulquero.
Es una bebida tradicional nativa de Mesoamérica; se obtiene de la fermentación de los jugos conocidos como aguamiel concentrados en corazón de la planta, antes de que salga la flor del maguey (quiote), ya que la flor, puede usar todos los nutrientes y no podría ser posible obtener aguamiel.
Esta se ahueca en el centro y el jugo que sale se retira diariamente, por un lapso cercano a dos meses; cuando es fermentado (normalmente por levaduras salvajes, aunque industrialmente se emplea la levadura de cerveza) este jugo esta inmediatamente listo para ser bebido.
El maguey es una de las plantas más sagradas en México y tiene un lugar prominente en la mitología, rituales religiosos, y en la industria. En México, el pulque es considerado junto con el Tequila, como la bebida nacional, se expende en establecimientos conocidos como pulquerías.
La planta del maguey, particularmente la del agave atrovirens, sorprendió a los primeros españoles que llegaron a los territorios de Nueva España. El jesuita Joseph de Acosta publicó en 1590 la Historia Moral y Natural de las Indias; en el capítulo 23 del libro IV recogió las opiniones que sobre el maguey expresaban los ''chapetones", o sea, los españoles recién llegados a nuestras tierras.
“El árbol de maravillas es el maguey, de que los nuevos o chapetones... suelen escribir milagros, de que da agua y vino, y aceite y vinagre, y miel, y arrope e hilo, y aguja, y otras cien cosas. Es un árbol que en la Nueva España estiman mucho los indios, y de ordinario tienen en su habitación alguno o algunos de este género para ayudar a su vida, y en los campos se da y lo cultivan. Tiene unas hojas anchas y groseras, y el cabo de ellas es una punta aguda y recia, que sirve para prender o asir como alfileres, o para coser, y ésta es la aguja, sacan de la hoja cierta hebra e hilo. El tronco, que es grueso, cuando está tierno le cortan y queda una concavidad grande, donde sube la sustancia de la raíz, y es un licor que se bebe como agua, y es fresco y dulce; este mismo, cocido, se hace como vino, y dejándolo acedar se vuelve vinagre; y apurándolo más al fuego es como miel; y a medio cocer, sirve de arrope, y es de buen sabor y sano; y a mi parecer es mejor que arrope de uvas. Así van cociendo estas otras diferencias de aquel jugo o licor, el cual se da en mucha cuantidad, porque por algún tiempo cada día sacan algunas azumbres de ello.”
El consumo del pulque formó parte de rituales y ceremonias muy extendidas en nuestros antiguos pueblos que se vinculaban con otros órdenes sagrados como el juego de pelota y las ceremonias de curación. La voz pulque proviene del náhuatl poliuhqui, ''descompuesto", ''echado a perder", pero en náhuatl se le sigue llamando octli, nombre genérico para ''vino" o bebida embriagante. A menudo se le llama con las voces neutle o neutli, derivados del náhuatl necuhtli, ''miel". En ocasiones se le ha designado con otra voz náhuatl: tlachique, sustantivo plural que se aplicaba a oficiales encargados de raspar el maguey y preparar el pulque que se ofrecía durante las ceremonias religiosas; como tales oficiales eran nobles o grandes personajes, a menudo se les llamaba tecutlachique. El diccionario de la lengua náhuatl de Rémi Simeón registra la voz tlachiquilizpan como el ''tiempo", ''estación" o ''época del año" en que se extrae el aguamiel y, asimismo, enlista la voz tlachiquiliztli como ''raedura", ''acción de rascar" una cosa.
Según la fermentación del maguey es el nombre que distingue al pulque, "tlachique" bebida dulce, con bajo contenido de alcohol (2°-4° GL); pulque fuerte (5°-7° GL) y "curados", es decir, pulque al que se le han añadido frutas y jarabes de frutas (piña, fresa, limón, naranja), semillas (nuez, avellana, piñón) o granos o legumbres (avena, maíz tostado, apio, alfalfa, perejil).
Muchos autores piensan que la primera sílaba de la palabra México, se origina de la palabra náhuatl metl, maguey. La razón de que esta raíz haya seducido a muchos autores, es que en el Códice Mendocino, el fundador mítico de México es representado como un maguey (metl), sobre la espalda Tzin (tli), esto es, Metzin o Mexitzin. Igualmente, por el hecho que la planta del maguey tiene relación con una agricultura estable.
La bebida era consumida en las ceremonias destinadas a las deidades del pulque, entre ellas la diosa Mayahuel, a quien se atribuía el hallazgo del aguamiel; su esposo Pachtécatl, quien descubrió la forma de fermentarla; Ometochtli, Tepoztécatl y los Centzon Totochtin (Cuatrocientos Conejos), hermanos de Mayahuel.
El abuso del pulque (octli, su nombre antiguo) era severamente prohibido. La embriaguez que causaba era considerada "causa de toda discordia y disensión, como una tempestad infernal, que trae consigo todos los males": sólo podían emborracharse los enfermos y los viejos, cabe sospechar que tales normas fueron transgredidas a menudo. Se le recomendaba a mujeres cercanas al parto y lactantes.
El pulque se ha representado en relieves tallados en piedra por los nativos de México desde el año 200 DC. El origen del pulque es desconocido, pero debido que tiene una función primordial en la religión prehispánica, muchas leyendas explican sus orígenes. De acuerdo las historias indígenas Toltecas, durante el reinado de Tecpancaltzin, un noble llamado Papantzin descubrió como extraer el aguamiel de la planta de maguey; y a las personas que fabricaron el pulque se les denominó como “tlachiquero” (del náhuatl "rasguño") ya que tallaban las pencas de maguey para extraer su fino líquido. En los tiempos prehispánicos, los aztecas consumían el pulque en las ceremonias religiosas.
Jacques Soustelle consigna en su libro La vida cotidiana de los aztecas algunos de los escarmientos a que eran sometidos los borrachos: en el reinado de Nezahualcóyotl los plebeyos eran rapados y expuestos a la rechifla de la multitud.
El barón de Humboldt sostuvo en el siglo XIX que la combinación del pulque con otros alimentos permitió a los indígenas mexicanos mantener un perfecto estado de salud.
El pulque está hecho 100% de Aguamiel. El investigador Sánchez Marroquín confirmó que el Aguamiel no sólo es una bebida , sino también un alimento nutritivo ya que contiene cantidades considerables de azúcares, sales minerales, prótidos y vitaminas. Algunas de las vitaminas y nutrientes que contiene son: vitamina C, hierro, fósforo, thiamina, riboflavina, calcio y niacina.
Se dice entre los bebedores tradicionales del pulque: sólo le falta un grado para ser carne, nomás le falta el hueso
El pulque aun se fabrica en la actualidad en cantidades limitadas en algunas partes de México. Sin embargo, debido a que no es fácil de preservar o almacenar, no se le conoce mucho fuera de México. Su consumo fue habitual en México entre todas las clases sociales durante el siglo XIX, pero posteriormente las autoridades emprendieron, en los años 20 y 30, una lucha contra el consumo del pulque, consiguiendo que este disminuyera, principalmente, en las ciudades, aunque en el ámbito rural sigue siendo una bebida popular.
El Mural de los Bebedores
En la zona arqueológica de Cholula, Puebla, ha quedado un testimonio de las celebraciones dedicadas a los dioses del pulque. Se trata, a decir de los investigadores, de uno de los conjuntos de pintura mural más importantes del México prehispánico. Con 56 metros de largo por 2.50 de alto es uno de los más grandes que se conocen hasta la fecha.
El Mural de los Bebedores, dice el antropólogo Martín Cruz Sánchez , es sin duda una verdadera fiesta del pulque. En él se plasmó una reunión o festividad en la que los personajes, principalmente hombres, beben sentados en parejas. Para algunos investigadores es posible que se trate de una de las más antiguas representaciones dedicadas a los dioses del octli.
De hecho, durante las excavaciones, se encontró una copa polícroma fechada entre 1300 y 1500, decorada con motivos alusivos a la diosa Mayahuel y a Tezostzontecátl, tercer dios del pulque. En el mural se ven diversos personajes cuyo atavío habla de una fiesta de la realeza en la que tomaban parte guerreros y ancianos. Los datos coinciden con la costumbre mexica de sólo permitir a esos grupos la participación en las ceremonias de ingestión.
Relato Histórico
Sergio Madrigal González *
Corría el año del conejo, allá por 1340, cuando Papantzin, que atravesaba un magueyal por la zona semidesértica del territorio nahuatl, al norte de la gran Tenochtitlan, descubrió un líquido que escurría sobre el terreno. Se detuvo para observar de dónde provenía y descubrió que, de entre las pencas de uno de los magueyes, salía huyendo a toda velocidad un quimichi o netoro, al acercarse más observó de inmediato que aquel ratoncito de monte había hecho un agujero en el moyolotl o corazón de aquel maguey, en cuyo fondo había un líquido transparente que al probarlo resultó ser muy dulce y agradable, era el neutli o aguamiel del maguey.
Con un cuchillo filoso que siempre portaba al cinto, Papantzin trozó las pencas del maguey para abrirse paso, recogió el jugo y lo llevó a su casa. Al darlo a probar a su mujer y a sus hijos pudo comprobar que a ellos también les gustaba y fue así como Papantzin comenzó a explotar los magueyes y a utilizar el aguamiel como alimento de su familia.
Con el paso de los días, Papantzin descubrió que, en una de las ollas de piedra donde guardaba celoso aquel líquido, el aguamiel se había transformado en una especie de atole blanco y espumoso que hacía un zumbido peculiar. Tomó un jarro de barro, lo metió a la olla y extrajo un tanto de él. Al tomarlo, Papantzin quedó asombrado pues el sabor y el olor se habían convertido en algo completamente diferente al neutli que consumían cotidianamente, mucho más agradable y un aroma especial que además, quien lo tomaba, entraba en un estado muy alegre y divertido, lo llamó Octli o pulque como lo conocemos actualmente.
Papantzin, como buen campesino súbdito del rey nahua Telcalpanetzin, envió a Xochitl, su hija mayor, con una olla de barro llena de octli como regalo. Ante los efluvios del pulque, Telcalpanetzin vió en Xochitl una mujer muy hermosa y mandó a llamar a Papantzin a quien ofreció dar alojamiento en su reino para su hija con la finalidad de que se cultivara en una forma más elevada, dado que la familia de campesino era de clase baja y culturalmente pobre.
Emocionado, después de consultarlo con su familia, Papantzin consintió que Xochitl se quedara en el reino de Telcalpanetzin, quien le prometió poner a disposición de su hija a los mejores maestros en matemáticas, astronomía y otras ciencias, además de cubrir cualquier necesidad que tuviera. Pero esta oferta resultó ser sólo un engaño.
Al pasar el tiempo, Papantzin pudo descubrir la mentira cuando se percató que su hija estaba embarazada y, lleno de ira, le declara la guerra a Telcalpanetzin, sucumbiendo bajo el poderoso ejército del rey.
Esta es la historia indígena del pulque que se ha transmitido de manera oral por los antepasados mexicanos quienes cuentan que, cuando llegaron los españoles a México, se sorprendieron al ver que ningún nativo, por muy viejo que este fuera, no tenía canas. Y es que las personas lo consumen desde que están en el vientre materno, dado que a las madres que están amamantando se lo toman para producir más leche, no envejecen tan fácilmente.
El Pulque: tradición que se está perdiendo (os invito a leer esta peculiar publicación)