domingo, 8 de octubre de 2006

Chocolate con Molinillo, ¡Delicia Mexicana!

De una charlita nocturna, esas que de pronto se dan, al tiempo que se intenta divagar en compañía, con la intención de narrar las actividades que cada quien en su día ha tenido, reconstruyendo por medio de las palabras un escenario, un momento, una circunstancia peculiar o algo que aun en su aparente sencillez contenga algo que pueda interesar por un detalle percibido de repente...

Ésta vez, como si yo fuera una amiguita suya, y un poco motivados por una noche de clima un poquito más frío que en las anteriores, nos entretuvimos con la charlita sobre una telenovela brasileira que la vaga pelirroja ha estado viendo y que a este día ya debe haber terminado su transmisión... Chocolate con Pimienta es su nombre, bonito nombre, no?, se narra la historia de un hacendado de la época de inicios del siglo pasado que descubre el secreto de cómo hacer del chocolate una especie de afrodisíaco al añadirle pimienta a sus recetas de fabricación, el viejo conoce a una chica, Anihna su nombre, que llegada de un pequeño pueblo se enreda en líos sentimentales con su pareja de la trama, Danilo, se embaraza y entonces es rechazada por la familia del novio, es tomada y apoyada por el dueño del negocio chocolatero; Al tiempo, el hombre muere y la historia se desarrolla en base a la reclamación de parte de los familiares por recibir herencia del emporio y de ella por vengarse de quienes la humillaron cuando era pobre y aborrecida por la familia del padre de su hijo, al final, ella conserva la fábrica, y los demás quedan un tanto apartados de su vida, incluyendo al antiguo novio que al creerla oportunista al saber de su fortuna, se aleja en definitiva con apenas el conocimiento de que es suyo el hijo que ella cría.. pero bueno, tan enterado no estoy de la trama, sólo sé lo que os narro aquí, y movido por el deseo de probar esa receta para ver que efectos provoca en realidad, mmmm... os lo recomiendo, “pica” el chocolate al ingerirlo de ese modo, provoca esa rica “comezón” en el cuerpo y el paladar, y es que esa noche de la que hablo, al escuchar lo que la pelirroja me contaba me dio por beberme un chocolatito de esos, o al menos el tradicional mexicano añadiéndole ese secreto ingrediente, hecho a partir del famoso chocolate de barra “La Abuelita” de la Nestle, claro que pudiese ser con esos hechos de manera más "casera", de algún fabricante de "rancho" como dijeran los que saben... espesado y espumado con un viejo molinillo como el que tengo en casa y del que aquí les muestro su foto...




Y de ahí el motivo de este post... resulta que la ingenua pregunta surge entre la charla, ¿Qué es un molinillo?, ¡Ahh!, es que es un artefacto artesanal mexicano, exclusivo para nosotros, los descubridores de la cocoa (estoy pavoneándome, nótese), ¿cómo iba ella a conocer el molinillo?, todavía con la explicación dice ella un tanto quejumbrosita: ¿No es mejor usar una licuadora y ya?, ¡Ja¡, No no... que la licuadora no tiene el efecto mágico del molinillo, sólo el movimiento tan peculiar que requiere lo convierte en algo digno de ver y ejecutar.... pues bien, aquí les cuento lo que es....


EL CHOCOLATE

Chocolate es una de las palabras aztecas que, apenas modificada, se usa actualmente en todas las lenguas vivas para llamar a uno de los más energéticos y deliciosos alimentos americanos: el cacahuatl o xocolatl.

Según la leyenda, el rey Quetzalcóatl, protector de los aztecas, Dios del aire, la luz y la vida, le roba al hijo del Sol un árbol de cacao para aliviar su hambre y le enseñó a preparar el CHOCOLATL (chocol-cacao y atl -agua).

El cacao, cacahuatl o Theobroma es alimento de dioses, la bebida favorita de los emperadores aztecas y mayas así como de sus más cercanos colaboradores, familiares y amigos. Las vainas del cacao se utilizaban como dinero y se empaquetaban en bultos de 24,000 unidades.

Los europeos lo conocieron cuando llegaron a América y desde entonces, no solamente lo llevaron a todos los rincones del mundo, sino que no han dejado de consumirlo y hasta producirlo industrialmente.

Los españoles, como hicieron con otros alimentos encontrados en América, lo adaptaron a sus gustos. Cuenta la tradición que en Oaxaca, las monjas inventaron una bebida de cacao y jugo blanco de maíz tierno, perfumada con plantas aromáticas o vainilla. La bebida se volvió popular y el gobierno de la Colonia, nada descuidado en lo que tenía que ver con ingresos fiscales, lo gravó con impuestos tan altos que su consumo volvió a ser, como durante la el Imperio azteca, un verdadero privilegio reservado para los más ricos y poderosos.

El chocolate llego a España desde México hacia 1528 y los monjes fueron los encargados de tenerlo bajo buen recaudo para hacer de él un monopolio durante casi medio siglo; posteriormente un viajero italiano de nombre Antonio Carletti lo redescubrió en 1606 y lo llevó a todos los países de Europa, entre ellos a Francia, donde se cuenta que Christopher Ludwig Hoffmann se lo administró al cardenal Richelieu para aliviarle, se dice que con éxito, muchas de sus enfermedades.

La primera industria del chocolate la estableció un francés en Inglaterra, alrededor de 1657. El Duque de Alba se reconoce como el portador del chocolate a los Países Bajos. En 1820 se produjeron las primeras tabletas de chocolate en Suiza. Los pioneros de esta industria suiza fueron Cailler y Lindt, y posteriormente Henry Nestlé, quien contradiciendo a los holandeses e ingleses, reclama ser el primero que tuvo la brillante idea de enriquecer la receta de las tabletas de chocolate, agregándoles leche.
Así, dos de los placeres y riquezas que el mundo actual heredó de América fueron el chocolate y el tabaco.


EL MOLINILLO

Es un artefacto tradicional, compuesto de una sola pieza de madera de aproximadamente 35 centímetros de largo, trabajado en torno.

El extremo inferior del palillo se ensancha en forma de esfera estriada, de un diámetro que no deja que salgan los dos o tres anillos que están tallados de la misma pieza.
Se rueda entre las palmas de las manos extendidas, y se usa para batir chocolate y atoles, y provocarles la leve espuma que los hace más atractivos.

El chicoli es uno de los más antiguos batidores de chocolate. Actualmente se utiliza en algunas localidades de Tabasco y Chiapas.

El chicoli, con algunas variantes, tiene otros usos. Cuando es corto se emplea en la casa para colgar del techo las provisiones, el machete o el morral; cuando tiene un mango largo se utiliza para bajar fruta de los árboles.

Este molinillo es de una sola pieza. Por lo general se eligen árboles que tienden a generar tres o cuatro ramas a la misma altura, como es el caso del cacahuananche.

Los molinillos se tornean a partir de una pieza de madera.

En la actualidad existen comunidades que se especializan en la producción de molinillos; son relevantes las que se encuentran en los estados de Michoacán, México, Oaxaca y Puebla.

Las funciones del molinillo son: ayudar a desleír el chocolate machacando en el fondo de la olla y batirlo para oxigenarlo y genere espuma.

Cuando se adquiera un molinillo hay que atender a la función del utensilio y su belleza. Existen tres diferentes tamaños: el de olla, que es más grande; el de jarra, y uno pequeño para batir en jarro o taza.

Desde la época prehispánica en México se han hecho diferentes utensilios para batir el chocolate. Sorprende apreciar ahora cómo para una misma función hay tantas formas. Es difícil encontrar uno igual a otro, aunque los hay muy similares.

En Mesoamérica se utilizaron varios sistemas para batir el chocolate y obtener espuma. El Códice Florentino muestra en una ilustración a una cocinera trasvasando desde lo alto el chocolate entre dos contenedores. El diccionario de Alonso de Molina, editado en 1571, registra el significado en español de la palabra náhuatl aneloloni: ''instrumento para mecer cacao cuando lo hacen''.

Sabemos que durante la Colonia se enviaban a Europa, por barco, utensilios para batir el chocolate hechos de madera mexicana.

Es posible que la palabra molinillo, que se refiere a moler, haya surgido para estos utensilios por la relativa similitud que existió entre los hechos para batir cacao y los pequeños molinos de pimienta que Leo-nardo da Vinci diseñó, cuyos dibujos se difundían en aquel tiempo por Europa.






Instrumento prehispánico

En un estudio publicado en 2000, Karen Dakin, de la UNAM, hace referencia al chicoli (chi-kol-li), objeto que se ha usado desde la época mesoamericana para batir el chocolate. Rémi Símeon, en su Diccionario de la lengua náhuatl, señala para chicolli: ''garfio, gancho''. Y Alonso de Molina lo relaciona con un instrumento similar el garabato de fierro.

Su significado

El diccionario de autoridades editado en España en 1732 da para molinillo, como primera acepción: ''instrumento pequeño para moler'', y como segunda: ''se llama también el instrumento que sirve para batir y desleír el chocolate, formado por una bola cavada ú dentada y un hástil, que se mueve estregándole con ambas manos á un lado y otro''.

En la actualidad muchos grupos étnicos elaboran los suyos con materiales de la región, aunque cada vez, por su alto costo, se consume menos chocolate en las comunidades. Los hay de carrizo, vara, metal, hueso y de diferentes maderas: cedro rojo, bateyucua (madroño), charapu (jaboncillo), pasaak (simaruba), aile y encino.




RECETA del chocolate con molinillo:

Aunque Moctezuma tomaba el chocolate sin azúcar, frío y espeso; te invitamos a preparar una verdadera receta del chocolate más mexicano, aun cuando no dispongas de las ricas pastillas que se obtienen en los mercados de México. Para ello, además de los ingredientes, necesitarás un molinillo, utensilio sin el cual nadie puede presumir que bate bien el chocolate.

Ingredientes:
1 taza de azúcar
1/2 taza de cocoa en polvo
agua
4 tazas de leche
canela


Modo de preparación:

Ponga la taza de azúcar y la cocoa en un recipiente y agregue lentamente suficiente agua hasta lograr una pasta casi sólida. Ponga en una olla más grande las 4 tazas de leche con la canela. Cuando hierva, bájele la temperatura; pero tenga cuidado porque la leche se derrama y hay que estar pendiente. Cuando esté bien caliente, le baja al fuego y deja la leche otros 5 minutos, sin descuidarla. Todavía existe el riesgo de que se derrame aparatosamente. Ahora, agregue con cuidado la mezcla de cocoa y azúcar y póngase a batir con el molinillo hasta que le salga espuma. Es delicioso. ¡Vale la pena el esfuerzo!


Y este es el empaque de ese famoso chocolate de la Nestle.... La Abuelita..




Que por cierto, está cumpliendo 67 años en el mercado en este momento, según un artículo de internet y quien aparece en su portada desde 1973 es nada más y nada menos que la legendaria abuela mexicana de las películas de Pedro Infante y demás... Doña Sara García (este dato debo confesar que a simple vista lo percibió la chica pelirroja antes que yo, y se atrevió a decir que parece más mexicana que yo, jejeje).

Ésta marca en particular en realidad no es de la Nestle, como tampoco otro popular chocolate mexicano, éste en barrita para chupar, el tan gustado por niños y adultos, Carlos V, ambos, son creación de la fábrica mexicana La Azteca que fue absorbida por la Nestle en 1995.

Amm, esta partecita de la historia ya no me gusta mucho, pero es parte de... y todo a partir de una charlita nocturna divagante con la chica pelirroja bebiendo chocolate caliente...

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