martes, 22 de agosto de 2006

La Magia del Chocolate

Cuenta la leyenda que fue Quetzatcoatl quien legó al hombre la planta de cacao; Tlaloc, dios de la lluvia, la regó, y Xochiquetzal, diosa del amor, le otorgó sus flores. Sin ellos no existiría el chocolate; la gastronomía mexicana no conocería el mole; los españoles no tendrían en que sopear sus churros, y los franceses no hubiesen inventado su 'Mousse au Chocolate'.

Se cree que los olmecas fueron los primeros en descubrir los poderes de un tazón de chocolate. Los seguirían los mayas. Ya para cuando Cortes llegó a Tenochtitlan, los aztecas también degustaban la bebida y se la dieron a probar. Como el chocolate de la época no llevaba endulzantes, y sí una gran cantidad de pimienta -hasta quizás un chilito- el conquistador debe haber quedado 'como agua para chocolate' tras consumir la bebida.Los españoles llevaron el chocolate a Europa donde le añadirían azúcar, leche y canela. Pronto toda Europa lo bebía con gran gusto. En Paris, en el siglo XVII, se abrieron chocolaterías para que el público lo consumiera. Tal era la moda chocolatera que Madame de Sevigne narra, en una de sus famosas cartas, sobre una aristócrata que al haber parido una niña negra, ¡adjudicó el prodigioso color de su hija a su adicción por el chocolate!A través de los siglos, las recetas han incluido ingredientes que hoy te daría nausea ingerir, pero que en su momento se creyó que aumentaban el valor nutritivo, medicinal y hasta
afrodisíaco de un tazón de chocolate. Por ejemplo, por mucho tiempo se agregó pimienta-siguiendo la costumbre nativa- al chocolate. Una receta española del Siglo XVII aconseja echarle pétalos de rosa ¡y achiote! En cambio, al Gran Duque de Toscana le gustaba su chocolate servido con flores de jazmín y ámbar gris. En la Enciclopedia del siglo XVIII, Diderot y D'Alembert incluyen un huevo crudo en la receta de chocolate.