domingo, 30 de septiembre de 2007

Los Cerillos..


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Antes de cocinar, siempre es indispensable contar con los cerillos a la mano.. de hecho, me recuerdo aquellas trivias infantiles en las que la pregunta se enfocaba respecto de los articulos indispensables y necesarios que cualquiera de nosotros no dudaria en tener consigo, si le fuera dado a escoger, a la hora de encontrarse solitario en una isla incomunicada.. la mayoria mencionaba los cerillos, como medio para la obtencion del fuego, tan util para proporcionarnos calor y abrigo, ademas de la capacidad para prepararnos alimento humanamente comestible.


Cual es la Historia de los cerillos?

El punto de partida es 1669, año en que el químico Hennig Brand descubrió un elemento al que dio el nombre de fósforo, que deriva del griego phosphoros y significa "mensajero de luz". Para 1680, Robert Boyle, irlandés considerado “El padre de la química moderna”, fue el primero en intentar hacer cerillos, y tras varias tentativas creó el primero. Para lograrlo cubrió una pieza de papel con fósforo y la punta de un palillo de madera con azufre, frotó la madera sobre el papel y se hizo el fuego. Pero el invento fue inútil: el humo era maloliente y tóxico; el producto, peligroso y caro.

Tras dejar atrás el siglo XVIII, las personas retomaron la idea de utilizar palillos de madera impregnados de azufre para encender fuego; sólo que descubrieron que al mezclarlo con otros químicos mejoraba la combustión. Para 1827, el químico inglés John Walker creó los primeros cerillos que ardían por fricción; se dio cuenta de que si impregnaba un extremo del palillo con una mezcla química y lo dejaba secar, hacía fuego con tan sólo frotar la punta contra, por ejemplo, una piedra.

Pero imagina el desastre: resulta que esos cerillos, por sus compuestos, eran explosivos y sumamente flamables, y en más de una ocasión su cabeza se fragmentó al ser encendida provocando algunos conatos de incendio en las habitaciones donde se utilizaban; por el riesgo que implicaba su manejo, fueron prohibidos en Francia y Alemania.

En 1830 el químico francés Charles Sauria creó otro tipo de cerillos inodoros. En su elaboración incorporó fósforo blanco: el armado era complicado, pues constaba de un delgado rollo de papel coronado por un diminuto tubo que aislaba una pequeña cantidad de ácido sulfúrico, la combustión se lograba al romper el tubo con unas pinzas, o con los dientes —al gusto del consumidor—, el ácido reaccionaba y surgía la flama. El fósforo blanco es venenoso y muchas personas se intoxicaron con este producto.

Tras años de investigación, fueron patentados en Suecia los llamados “cerillos de seguridad”, creados por Johan Edvard Lundstrom, en 1852. Para su preparación utilizó fósforo rojo, que no es tóxico ni se enciende fácilmente; los componentes para hacer surgir la llama estaban separados: algunos en la cabeza del palillo, otros en la superficie especial para friccionarlo.




La innovadora cartera para los cerillos fue inventada en 1889, no por un químico sino por un abogado estadounidense, quien les dio el nombre de “cerillos flexibles”. Para armar el estuche cortó una a una las piezas; para obtener la sustancias y al modo de los alquimistas de la antigüedad, trabajó con dos ollas al fuego; en una hizo el material que daría forma a las cabezas, y en la otra el que utilizaría para la cinta de fricción.

Pocos años después, en 1905 se prohibió definitivamente la fabricación de cerillos con fósforo blanco por los riesgos a la salud y, cinco años más tarde, una compañía estadounidense patentó el primer cerillo no venenoso, al año siguiente la empresa liberó su patente “en beneficio de la humanidad”.


Los cerillos de hoy

A partir de entonces no han sufrido modificaciones significativas; están diseñados de forma que la cabeza sólo arde al rasparla contra la superficie que posee la caja.

Para que quede más claro, José Luis Córdova Frunz, en su libro La Química en la cocina explica:

Para que ocurra una reacción química se necesita cierta energía mínima para su inicio, llamada “energía de activación”. Al encender la estufa esta energía es suministrada por el cerillo. En las reacciones de combustión, como la del gas doméstico, se libera suficiente energía calorífica como para sostener la reacción y, además, calentar la sopa.

El encendido de un fósforo implica muchas reacciones sucesivas. Aunque el mecanismo no está del todo comprendido es, en principio, el siguiente: la energía mecánica debida al frotado del cerillo es mayor que la energía de activación para la reacción del fósforo rojo (contenido en la tira café oscuro de la cajetilla); esta reacción libera suficiente calor como para iniciar la combustión del azufre (en la cabeza del cerillo); y ésta libera suficiente calor como para iniciar la combustión de la madera (o papel encerado) del cerillo.




Tal es la historia de tan importante elemento presente en la mayoria de los hogares, descontando aquellos en los que ya se cuenta con las estufas "automaticas", con flama permanente activable al instante, o aquellos que prefieren el uso de un encendedor, como el usado por los fumadores, o de tipo pistola, mas adhoc para cocina.. y tambien los hogares cuya capacidad economica y condicion social los mantiene al margen del uso de ellos, como las comunidades indigenas que se valen de otros medios para el encendido del fuego util para las faenas comestibles..

1 comentario:

Diva de noche dijo...

..mmm q interesante! y pensar que por mucho tiempo la frase mas común que escuchaba era "no cambias.. igual que el precio de los fósfotos..", porque ese pequeño y a la vez útil accesorio de cocina era lo mas barato en el mercado y se usaba a veces hasta para dar cambios..
Y pensar que desde su descubrimiento hasta la fecha ha sufrido varias etapas...muy interesante relato mi chamaquito..mua