domingo, 31 de diciembre de 2006

12 Uvas, 12 Deseos


12 Uvas, 12 Deseos...

Esta medianoche en nuestra mesa, como en la de otros millones de hogares en el mundo, estarán servidas y dispuestas para que de acuerdo a cada uno de los campanazos que vayan despidiendo al año viejo y a la vez vayan dando la bienvenida al Año Nuevo, las 12 Uvas que cada uno de nosotros ingerirá en señal de buenos deseos e invitación a la buena fortuna para la travesía de ese nuevo año,... motivados por dicha tradición decidimos investigar lo relacionado con tal festejo de este último día del año, a la vez que deseamos para ustedes el cumplimiento de cada uno de vuestros buenos propositos de año nuevo.


Orígenes

El origen de las celebraciones en el mes de diciembre comienza con nuestros antepasados, quienes festejaban la llegada del solsticio de invierno. En esta época, cuando la luz es más brillante, la magia de la naturaleza indujo a las culturas a realizar rituales cargados de poder para invocar salud, prosperidad y protección para recibir al nuevo año.

Desde los inicios del Imperio Romano, enero estaba dedicado al dios bifronte Janus, que mira delante y detrás: al año que se va y al principio del que viene; por eso le representaban con dos rostros, uno barbudo y viejo y el otro jovencito. Los romanos invitaban a comer a los amigos y se intercambiaban miel con dátiles e higos para que pasara el sabor de las cosas y que el año que empezaba fuera dulce.

En la Edad Media la Iglesia trató de oponerse a las viejas costumbres, pero no consiguió extirpar la atmósfera disipada de la Noche de San Silvestre, que se mantuvo como la última fiesta pagana de las doce noches navideñas, que eran las comprendidas entre la Navidad y la Epifanía.

Esta festividad es hoy una exaltación de unidad familiar, donde las personas se reúnen para compartir en la mesa con un plato especial y practicar algún rito que conmemore la ocasión.

Uno de los más populares es el de comer doce uvas a las doce de la noche, si es posible una por campanada y pedir un deseo distinto en cada bocado.

La tradición española de tomar las doce uvas se remonta tan sólo a principios del siglo pasado. La implantación de esta costumbre no se debe a motivos religiosos o culturales, sino más bien a meros intereses económicos.

En la Nochevieja de 1909, unos viticultores catalanes, que habían tenido ese año una excelente cosecha, necesitaban desprenderse de un gran excedente de uvas y, en un esfuerzo desesperado de imaginación, consiguieron venderlas inventando el rito de tomar las uvas de la suerte en la última noche del año.

Los que practican una costumbre parecida son los portugueses, quienes toman en Nochevieja doce uvas pasas. Los franceses, por su parte, descorchan con las campanadas de medianoche la tradicional botella de champagne. Los italianos comen un buen plato de lentejas para llamar a la prosperidad en el año nuevo.

Existen muchos otros ritos para atraer la buena suerte en el amor, el dinero, la salud, el trabajo o los viajes en el año que comienza. Hay quienes los consideran meras supersticiones, mientras que otros creen ciegamente en su magia. Lo cierto es que estos rituales y creencias tienen como motivación la esperanza de tener una mejor vida al iniciar una nueva etapa, que le da un gran simbolismo de renovación al inicio de un año nuevo.





Las 12 uvas es una tradición española, y en sus orígenes alicantina, desde 1909 en el que unos viticultores alicantinos la iniciaron para dar salida a una excelente cosecha. Consiste en comerse una uva cada campanada que da el reloj a las 12 de la noche el día 31 de diciembre.

En España, se utilizan uvas frescas, pero en otros Países, como en Argentina, se comen 12 uvas pasas.

Aunque el porqué de ser doce no se tiene claro si es por los "12 meses", una uva por cada mes, o si es por las "12 campanadas", evidentemente, una uva por cada toque de campana.

Según la tradición, el que se coma las 12 uvas al compás de las campanadas tendrá un año próspero. Durante muchos años, sobre todo cuando sólo existian las dos cadenas de televisión pública, se televisaba desde la Puerta del Sol de Madrid "las 12 campanadas", porque la tradición se inició frente a este reloj.

Ciertas casas comerciales vieron en esto una buena oportunidad y a principios de los años 2000 y comenzaron a comercializar botes con doce uvas, peladas y sin pepitas.





APARTADO: (SEMILLAS DE UVA: UN ALIMENTO MILAGROSO)

Las semillas de uva contienen un ingrediente llamado proanthocyanidina, poderoso antioxidante que nos protege de los efectos dañinos de la contaminación ambiental, además retrasa el envejecimiento de la piel ya que favorece la producción de colágeno, (proteína estructural de la piel) y restaura el tejido conectivo manteniendo un aspecto joven.

Además mejora la circulación ya que aumenta la resistencia de las paredes capilares y restaura la flexibilidad de las arterias reduciendo el riesgo de infarto y enfermedades coronarias.

El consumo de 12 uvas diarias con todo y semillas mejora la agudeza visual, reduce la inflamación, mejora las defensas del organismo reduciendo la frecuencia de gripes o reacciones alérgicas. Gracias a su efecto antioxidante y antiinflamatorio reduce el riesgo de padecer cáncer, edemas y artritis


Puedes ingresar a las páginas de las cuales se obtuvo la información que aquí publicamos:
Radio Formula Informa.
Wikipedia: 12 Uvas.
Dietas a la Medida.


Para información más detallada de otras costumbres practicadas este día, te recomendamos visitar... Algunas Costumbres de Año Nuevo en el Mundo.

También puedes ver algo curioso: Hecho trágico y curioso al comer las 12 uvas.

Y la Galería de Jose del Olmo en artelista, de donde copiamos la pintura que adorna la portada de este post, frasca y uvas con copa.

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